Lorena Rodriguez Como ya todos sabemos estamos a pleno siglo XXI, en donde pocose ve a los niños jugar parqués, aprender de ortografía o emocionarse con el llamado «stop», ese jueguito de palabras que sólo lo ganaba el más ágil a la hora de escribir… Creo que muchos ya ni saben de lo que les estoy hablando.
La era digital, de la Internet y la tecnología ha acabado con todo y se estima que en un par de años hasta los lápices y el papel se habrán descontinuado. Pero si bien, estar rodeados de todo este progreso tecnológico trae ventajas, de igual manera son muchas las contras que pueden surgir, especialmente en los niños que sin darse cuenta de están dejando atrofiar por el uso de estos aparatos.
Ventajas: En los niños el aprendizaje didáctico resulta mucho más provechoso que el tradicional, por lo que es un punto a favor permitir que vean vídeos educativos para su crecimiento y desarrollo académico.
Por otro lado facilita las herramientas de búsqueda, lo que permite que ellos mismos se hagan cargo de sus tareas, pues aunque estén bajo supervisión de un adulto, entenderán el significado de la responsabilidad y la independencia.
Pero bien, no todo es tan agradable, también hay unos contra a la hora de darle libertad tecnológica a nuestros pequeños, ya que de la misma forma como pueden encontrar información valiosa para realizar sus tareas, están expuestos a todo tipo de información nociva, a manipulación de terceros, robos, extorsiones y otro tipo de actividades ilícitas que pueden afectar su integridad.
Por otro lado, también encontramos entre las desventajas el fuerte golpe de atención que le da la tecnología al cerebro de nuestros niños, pues los pone literalmente en una nube y no precisamente de información sino de desconcierto respecto de sus actividades cotidianas. Además de esto interfieren en sus habilidades investigativas y de lectura, ofreciendo todo a la mano sin dar oportunidad de desgaste para aprender, conocer o estudiar.
Esto apenas es poco para todo lo bueno y lo malo que tiene la tecnología, por eso mi consejo es no abusar de ella en ningún momento; los niños deben estar bajo supervisión adulta cada vez que se encuentren frente a uno de estos aparatos, pero más importante que esto es enseñarles que afuera también hay una vida, que tienen familia y amigos para que jamás desplacen ser felices en la calle por sonreírle a una computadora.
